Es la preocupación de muchos padres saber si sus hijos padecen de ansiedad.
La ansiedad como tal no es una enfermedad, como ya hemos dicho muchas veces.
Pero cuando se experimenta en un grado extremo, paralizante, sí que puede llegar a ser un problema grave ante el que tenemos que actuar mediante la terapia adecuada.
En el caso de que tus hijos padezcan ansiedad, es de gran importancia percatarse de sus comportamientos y, sobre todo, tratar de tener una buena comunicación con ellos, enfocándonos en su bienestar y en sus necesidades, sin menospreciarlos, sin hacerles sentir "diferentes" o "peores" para no dañar su confianza.
Claves para saber si tu hijo padece de ansiedad
Ante la posibilidad de que tu hijo padezca del trastorno de ansiedad generalizada, es importante plantearse acudir a un psicólogo infantil.
La ansiedad en niños es un problema que puede tratarse y ante el que se puede actuar para conseguir un mayor bienestar y una vida más saludable.
La ansiedad generalizada es un tipo de ansiedad paralizante que se produce en muchas y muy variadas situaciones, no se trata de una fobia concreta y focalizada en determinados estímulos.
Si tu hijo padece de ansiedad, basta con que te fijes en los síntomas, comportamientos y miedos que manifiesta a través del lenguaje verbal y no verbal.
1. Observa sus comportamientos
¿Cómo se comporta ante determinadas situaciones y personas? ¿Cómo es su comunicación no verbal? El hecho de que esté nervioso a veces puede ser algo completamente normal. Lo que hay que tratar de combatir es la ansiedad cuando llega a niveles muy extremos o cuando interfiere en su vida normal.
No se trata de que estés continuamente encima de él o ella, sino de que tengas abiertos los ojos para identificar patrones y comportamientos que muestren los síntomas de la ansiedad.
2. Practica la escucha activa
Para saber si tu hijo padece de ansiedad, es esencial practicar la escucha activa. Es decir, en ocasiones tu hijo querrá hablar contigo, aunque no siempre lo expresará con palabras. Querrá pasar tiempo contigo y mostrar sus preocupaciones, tristezas y angustias, ante lo que tenemos que mostrar interés y, de ningún modo, quitarle importancia al asunto.
Cuidado, esto no quiere decir que tengamos que hacerle sentir, en ningún modo, diferente o especial por el hecho de tener ansiedad. No. Simplemente, respeta su dignidad y afirma sus atributos y cualidades, sin focalizarte en aquello que le angustia o le hace sentir inferior a los demás.
3. Detecta cómo se comporta ante determinadas situaciones
Por ejemplo, en el trato con otras personas, o los compañeros del colegio, o de su grupo de karate. Fíjate, por ejemplo, también, cómo actúa ante los exámenes, ante situaciones en las que tenga que hablar o mostrarse en público, si hace teatro, danza o cualquier otra actividad por el estilo.
Si compruebas situaciones persistentes en las que el niño o la niña, directamente, huye, o procura siempre evitar, podemos encontrarnos ante un trastorno de evitación. Ojo, nos referimos a situaciones persistentes en las que el niño, por ejemplo, se niega a ir al colegio, o se niega a enfrentarse a determinadas cosas naturales que le dan miedo y le generan ansiedad.
4. Acude a tu psicólogo
Ante la duda de si nuestros hijos tienen problemas graves de ansiedad, es importante acudir al psicólogo infantil, que dará las claves pertinentes para averiguar el grado de ansiedad de tu hijo y cómo puedes enfrentarte a estas situaciones como padre o madre, de cara a colaborar en su desarrollo y crecimiento.
¿Crees que tu hijo o hija padece ansiedad? ¿En qué te basas para pensar eso y qué crees que es lo más conveniente en estos momentos?
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