Estoy convencido de que gran parte de la ansiedad social se fundamenta en el miedo al qué dirán. Si lo miras bien, el único peligro que se deriva de algunas situaciones se basa en nuestro miedo a que cierta persona o personas saquen una mala opinión de nosotros. Sin embargo, creo que el miedo al qué dirán pasa por una sobrevaloración del punto de vista de los demás, que no siempre es el mejor, ni el más informado, ni el más constructivo.
Olvídalo; no hay un libro, o un estándar, que nos diga cómo tienen que ser las personas. Podemos adaptarnos, tratar de acercarnos a los demás y tender puentes, pero nunca jamás de los jamases podrás adaptarte a todo el mundo hasta el punto de que el 100% de las personas que conozcas saque una buena opinión de ti.
De hecho, la gente que tiene éxito socialmente tiene muy clara esta verdad: es imposible poder agradar a todo el mundo. Así que, partiendo de esa base, ¿por qué no ser tú mismo y dejar de lado el miedo al qué dirán?
Las críticas te van a venir, te lo aseguro; a todos nos vienen antes o después. Pero la crítica sólo es una opinión de una persona en concreto sobre algo que no le gusta.
No es un juicio completo a tu persona, porque ese otro o ese grupo de personas no te conoce, no sabe realmente quién eres. Tu problema consiste pues es que te estás empezando a juzgar a ti mismo desde la óptica de esa persona; estás tomándola como punto de referencia, como si lo que dijera esa persona fuera la Palabra de Dios.
Y no, la opinión de una persona es sólo eso, una opinión. Incluso si hablamos de una mayoría de personas, sólo es una opinión. A los seres humanos nos molesta mucho la idea de no ser aceptados, de que la sociedad no nos valore como nos gustaría. Esto es realmente lo que nos molesta; pero el juicio de otra persona sobre ti es sólo eso.
No le des carta de naturaleza a lo que dice asumiendo que esa persona es el punto de referencia de tu vida.
Cuando te venga una crítica, acostúmbrate a decirte a ti mismo que no puedes agradar a todos. Trata de ser mejor, pero sólo porque tú deseas ser mejor, no para adaptarte a los gustos de otro. ¿Sabes por qué? Porque aunque cambiases y fueses como esa persona dice, no tienes ninguna garantía de que no te vaya a buscar otro defecto y te vaya a seguir tratando igual.
El problema de las críticas está en la otra persona, no en ti. Si encuentras que muchas personas destacan un defecto de ti, asúmelo. Todo el mundo tiene defectos. Ellos tienen otros defectos. En el universo, no hay una cámara de vídeo que esté enfocando con un zoom sobre tus defectos, ignorando los de todos los demás. Eso sólo está en tu mente. Y podemos luchar y aprender para mejorarlos.
Si unas personas no te aceptan, busca otras. Pero siempre habrá quien quiera estar contigo, quizás porque tú tienes unas virtudes de las que ellos carecen y tus defectos no les parecen tan graves.
Al cambiar de ambiente, cambias el punto de referencia, y descubres que lo que tú considerabas un defecto muy grave, en realidad sólo lo era con determinadas personas en un contexto determinado. No se puede agradar a todo el mundo. Busca personas, no intentes adaptarte al 100% a todo el mundo como si tu personalidad fuera elástica. No lo es.
En lugar de eso, puedes elegir mostrarte tal como eres. Ésta debe ser nuestra manera de tratar con el miedo al qué dirán:
Olvídalo; no hay un libro, o un estándar, que nos diga cómo tienen que ser las personas. Podemos adaptarnos, tratar de acercarnos a los demás y tender puentes, pero nunca jamás de los jamases podrás adaptarte a todo el mundo hasta el punto de que el 100% de las personas que conozcas saque una buena opinión de ti.
De hecho, la gente que tiene éxito socialmente tiene muy clara esta verdad: es imposible poder agradar a todo el mundo. Así que, partiendo de esa base, ¿por qué no ser tú mismo y dejar de lado el miedo al qué dirán?
Cómo evitar que te afecten las críticas
Las críticas te van a venir, te lo aseguro; a todos nos vienen antes o después. Pero la crítica sólo es una opinión de una persona en concreto sobre algo que no le gusta.
No es un juicio completo a tu persona, porque ese otro o ese grupo de personas no te conoce, no sabe realmente quién eres. Tu problema consiste pues es que te estás empezando a juzgar a ti mismo desde la óptica de esa persona; estás tomándola como punto de referencia, como si lo que dijera esa persona fuera la Palabra de Dios.
Y no, la opinión de una persona es sólo eso, una opinión. Incluso si hablamos de una mayoría de personas, sólo es una opinión. A los seres humanos nos molesta mucho la idea de no ser aceptados, de que la sociedad no nos valore como nos gustaría. Esto es realmente lo que nos molesta; pero el juicio de otra persona sobre ti es sólo eso.
No le des carta de naturaleza a lo que dice asumiendo que esa persona es el punto de referencia de tu vida.
Cuando te venga una crítica, acostúmbrate a decirte a ti mismo que no puedes agradar a todos. Trata de ser mejor, pero sólo porque tú deseas ser mejor, no para adaptarte a los gustos de otro. ¿Sabes por qué? Porque aunque cambiases y fueses como esa persona dice, no tienes ninguna garantía de que no te vaya a buscar otro defecto y te vaya a seguir tratando igual.
El problema de las críticas está en la otra persona, no en ti. Si encuentras que muchas personas destacan un defecto de ti, asúmelo. Todo el mundo tiene defectos. Ellos tienen otros defectos. En el universo, no hay una cámara de vídeo que esté enfocando con un zoom sobre tus defectos, ignorando los de todos los demás. Eso sólo está en tu mente. Y podemos luchar y aprender para mejorarlos.
Que no te importe lo que piensen los demás
Cuando entiendas que todo el mundo tiene defectos, dejarás de sentirte mal por el hecho de tenerlos. Y te empezará a dar un poco igual el qué dirán, porque tus defectos no son ni pueden ser un problema para ser aceptado por las personas.Si unas personas no te aceptan, busca otras. Pero siempre habrá quien quiera estar contigo, quizás porque tú tienes unas virtudes de las que ellos carecen y tus defectos no les parecen tan graves.
Al cambiar de ambiente, cambias el punto de referencia, y descubres que lo que tú considerabas un defecto muy grave, en realidad sólo lo era con determinadas personas en un contexto determinado. No se puede agradar a todo el mundo. Busca personas, no intentes adaptarte al 100% a todo el mundo como si tu personalidad fuera elástica. No lo es.
En lugar de eso, puedes elegir mostrarte tal como eres. Ésta debe ser nuestra manera de tratar con el miedo al qué dirán:
"Miren, yo soy así y así, me pasa esto y lo otro, tengo estas virtudes y estos defectos. A quien me acepte, bienvenido sea; y a quien no lo haga, ahí tiene la puerta porque yo no voy a cambiar para darle gusto. Si le molestan mis defectos, a mí más, pero yo me quiero y me acepto con mis defectos, así que no me sentiré a gusto con quien no esté dispuesto a hacer lo mismo".