Autocontrol emocional: técnicas y ejercicios para controlar las emociones

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Sé que una de las cosas por las que estaríamos dispuestos a lo imposible es por conseguir el autocontrol emocional. Aunque lo cierto es que nunca llegaremos a un clímax de perfección en el que nos quedaremos anclados para siempre, un camino de mejora progresiva sí que nos ayuda a ver las cosas con un antes y un después.

Con el tiempo he ido aprendiendo a manejar un poco mejor mis emociones, lo que no quiere decir que no sigan haciendo de las suyas. Durante estos años, he ido aprendiendo diferentes prácticas que he ido integrando. Las he ido sacando y aprendiendo de aquí y de allá, así que no te puedo asegurar de dónde vienen.

Aunque lo que sí que te puedo asegurar es que, leyendo por Internet, me doy cuenta de que muchas otras personas han llegado al mismo sitio. Y eso es porque, en el fondo, todos los que tenemos el mismo problema estamos un poco interconectados entre nosotros.

1. Interpreta los fracasos y críticas como mera información

La mayoría de las veces tendemos a sobrevalorar las circunstancias que ocurren en nuestra vida. Le ponemos etiquetas a todo y eso hace que lo magnifiquemos o lo interpretemos de una forma improductiva que no ayuda en nada a nuestra salud emocional.

En cambio, las cosas cambian cuando decides eliminar la "carga emocional" de todo lo que te ocurre. Aunque una crítica o un fracaso siempre van a resultar dolorosos, no lo serán tanto si te acostumbras a interpretarlos como "mera información", un "mero dato" de que por ahí no es y hay que cambiar algo.

2. Elimina los "debería", "tengo que" y "hay que" de tu vocabulario

Continuamente tratamos de ajustarnos a un modelo, a una silueta de perfección en la que tenemos que encajar sí o sí. Y cuando no lo hacemos, nos sentimos culpables porque no somos lo que se espera de nosotros. Prueba a dejar de lado el perfeccionismo.

Sin embargo, debes tener en cuenta que eres tú mismo el que se pone ese listón. Sufrirás mucho menos cuando dejes de amoldarte a patrones prediseñados por la gente de nuestro alrededor.

Todos esos "debería", "tengo que" y "hay que", además, a veces se convierten en una forma de procastinación. Si digo que lo tengo que hacer, estoy engañando a mi cerebro porque en parte le hago creer que mencionarlo es hacerlo.

3. Expresa tus sentimientos, no los escondas

Cuando tus sentimientos no se expresan, quedan guardados en tu interior. Eso genera dolor, insatisfacción, frustración y un montón de conflictos internos por resolver. El mero hecho de sacarlos fuera, de expresarlos, ya ayuda enormemente a resolverlos.

Muchos de nuestros malestares internos vienen de emociones que no hemos expresado por miedo a lo que piensen los demás, por miedo a nosotros mismos.

4. Hazlo con miedo

Tenemos miedo al miedo, a experimentar determinadas emociones dolorosas. Las personas que tenemos ansiedad además tememos que los demás se den cuenta de que tenemos miedo. Como decíamos antes, hemos de quitarle toda la carga emocional al asunto.

Y un primer paso consiste en aprender a perderle el miedo al miedo. Siente el miedo. Experiméntalo. Y ahora que lo estás sintiendo, di: "No importa cómo salga, lo voy a hacer". Al ponerle un nombre, estás contribuyendo a desactivarlo. Y cuando te acostumbras a hacer las cosas con miedo, llega un momento en el que tú mente se habitúa.

Lo habitual en nosotros es: "Si me da miedo o lo paso muy mal, ya nunca lo haré, no lo vuelvo a intentar". Te propongo que hagamos todo lo contrario. La clave es no dejar de hacer cosas que te den miedo. Si te da miedo, hazlo. Hazlo todas las veces que haga falta.

5. Deja de torturarte

Deja de torturarte con el pasado, con el futuro, con lo que deberías haber hecho o dicho, con cómo deberías ser, con lo que eres o con lo que dejas de ser. Vive el presente. Los pensamientos son tuyos y cumplen una misión funcional, productiva. El pensamiento que no colabore en tu sanación, no es útil. Da igual si tiene o no razón.

Que, por cierto, es irrelevante, porque tus pensamientos son sólo creencias acerca de cosas muy subjetivas. Utiliza los pensamientos a tu favor y no en tu contra.

¿Estás practicando estas técnicas de autocontrol emocional? ¿Qué otros consejos nos puedes dar?

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